miércoles, 30 de julio de 2014

Kong Lor: el pueblecito de Laos que me enamoró

Kong Lor sería mi respuesta para todo aquel que me preguntase por lo mejor de Laos, a pesar de saber lo arriesgado de la respuesta. El camino hasta allí no es sencillo, incluso para quien ya esté acostumbrado al nivel de Laos, pero la amabilidad, el cariño, las sonrisas de los locales, la tranquilidad y los paisajes del pueblo hacen que en el primer momento en el que pones el primer pie en el suelo sepas que todo lo anterior mereció la pena.

Quizás alguno de los que leen esto se han echado las manos a la cabeza, quizás otros las han echado al mapa y quizás otros confirman mi afirmación. O quizás no. Pero yo, sin duda, tras viajar durante tres semanas por Laos, le doy a Kong Lor mi número uno. Y eso ¿por qué?

Admito que fui de las que, Lonely Planet en mano, me planteé la “necesidad” o no de hacer una parada en el centro de Laos. Por un lado, pasar desde Vientiane hasta Pakse sin parar en ningún lado me parecía perder una gran oportunidad, por otro, llegarte hasta Kong Lor consume una gran cantidad de tiempo y de dinero que de la otra forma te ahorras. El debate estaba abierto. ¿Merecerá la pena? ¿tengo tiempo de llegarme hasta allí? ¿y el dinero? ¿será el autobús tan mortal como dicen? Y una vez allá ¿será caro entrar en la cueva? ¿habrá algo más para hacer?


sigue leyendo -->



No hay comentarios:

Publicar un comentario