miércoles, 1 de octubre de 2014

El monte Fuji y los cinco lagos

Nuestro siguiente y último destino antes de volver a Tokyo fue la región de los cinco lagos adyacentes al volcán Fuji. La suerte no nos acompañó, y la mayor parte de los tres días que permanecimos en este lugar el monte Fuji se nos escondió detrás de las nubes. Sólo una mañana que nos despertamos tempranísimo tuvimos oportunidad de apreciar el volcán como por diez minutos antes de que se volviera a ocultar. Y yo, aunque Juanjo no me crea, lo pude disfrutar durante unos cinco minutos desde las aguas termales del onsen. Lo que hace especial a este volcán es que no forma parte de ninguna cordillera, sino que se levanta el solito con sus 3776 metros en medio de una planicie.

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